Gases en el bebé (0–3 meses)

gases en el bebé, cólicos del lactante.

Causas reales, cómo aliviarlos y cuándo consultar

Para padres con un bebé que llora y se encoge por molestias de tripa. Aquí tienes una guía completa, clara y práctica. Entendemos la ansiedad y el cansancio: no estás solo/a y sí hay cosas eficaces que podéis hacer. El objetivo es identificar la causa concreta y actuar, en lugar de resignarse.


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Resumen en 30 segundos

  • El dolor por gases en un bebé aparece por tres motivos principales:
    1. Entra demasiado aire al alimentarse (aerofagia).
    2. Se producen más gases dentro del intestino (microbiota/fermentación/intolerancias).
    3. Cuesta expulsarlos (disquecia del lactante, pseudoestreñimiento o estreñimiento real).
  • Con cambios sencillos en la técnica de alimentación y las rutinas, la mayoría de bebés mejoran en pocos días.
  • Hay señales de alarma que requieren valoración pediátrica.
  • Evitamos mitos: lo que come la madre no “pasa en forma de gas” a la leche; los gases de la madre no llegan al bebé.

¿Por qué tiene gases mi bebé?

1) Entra demasiado aire (aerofagia)

Causas frecuentes

  • Tomas muy separadas → el bebé llega hambriento y ansioso, traga aire.
  • Flujo de la tetina demasiado rápido o demasiado lento o biberón sin válvula.
  • Ritmo de alimentación muy rápido (pecho o biberón).
  • Posición del bebé o agarre poco eficaces (sellado pobre de labios/encías).
  • Ambiente estresante (ruido, prisas), pausas insuficientes para eructar.

Soluciones prácticas

  • Ofrece tomas más frecuentes (evita llegar con hambre voraz).
  • Ambiente tranquilo y luz suave; contacto piel con piel si es posible.
  • Biberón inclinado para que la leche cubra la tetina (biberón a 45°, permitir al bebé marcar el ritmo: si interrumpe déjale, si sigue no le interrumpas).
  • Biberón con válvula anticólico. Permite entrar al aire al tiempo que sale la leche para que no se genere presión negativa en el bibérón.
  • En pecho: revisa agarre y posición (boca bien abierta, labios evertidos, barbilla pegada, sin chasquidos). Si no se logra hay que valorar frenillo sublingual, labiales o micrognatia.
  • Pausas para eructar durante la toma si el bebé las inicia y al final de la toma si está inquieto (hombro, sentado con espalda recta, o boca abajo sobre el antebrazo con la cabeza más alta que el tronco). Si toma sin interrupciones y se queda tranquilo tras la toma no es necesario.

2) Se producen más gases dentro del intestino (microbiota y fermentación)

La microbiota intestinal del bebé está madurando. Algunos factores pueden desequilibrarla y favorecer la fermentación (más gas).

Factores que pueden predisponer a un desequilibrio

  • Cesárea (frente a parto vaginal). El bebé que nace de parto vaginal tiene la flora de la madre al nacer y suele ser buena. Si nace por cesárea deja espacio a una colonización por gérmenes hospitalarios menos adecuados.
  • Antibióticos en madre o bebé. Elimina los gérmenes maternos y deja espacio a la colonización por hospitalarios.
  • Alimentación (lactancia materna vs. fórmulas; cambios frecuentes de fórmula). La leche materna favorece el crecimiento de gérmenes beneficiosos. Si cambiamos con frecuencia de fórmula cambiamos la flora evitando que se acabe de adaptar a una alimentación concreta.
  • Tabaquismo y exposición a humo ambiental. Altera la flora favoreciendo la colonización por gérmenes inadecuados.
  • Infecciones digestivas recientes.

Cómo ayudar a una microbiota más saludable

  • Lactancia materna cuando sea posible (favorece microbiota beneficiosa).
  • Evitar cambios innecesarios de fórmula; si hay indicaciones, valorar fórmulas específicas con tu pediatra.
  • Probióticos con evidencia en lactantes: hay cepas (p. ej., Lactobacillus reuteri DSM 17938 y ) que pueden reducir llanto asociado a cólico en algunos bebés, especialmente amamantados. Coméntalo con tu pediatra para pauta y duración adecuadas.
  • Higiene del humo: casa y coche 100% libres de humo.

Importante (mito vs. realidad): Los gases que produce la madre por comer legumbres/verduras no pasan a la leche en forma de gas. La fibra se queda en el intestino materno; no viaja como “gas” al bebé. Otra cosa distinta es la alergia o intolerancia a proteínas que sí pueden pasar a la leche y producir molestias en el bebé por inflamación, no por gases (ver más abajo).


3) El gas no sale bien (disquecia, pseudoestreñimiento, estreñimiento)

Disquecia del lactante

  • El bebé hace fuerza y llora 10–20 min y luego expulsa heces blandas o gases.
  • Es un problema de coordinación al inicio de la vida; suele ser temporal.

Pseudoestreñimiento

  • Las heces no son duras pero el bebé no las expulsa con frecuencia.
  • Esto puede ocurrir:
    • Porque no hay heces. Pseudoestreñimiento por absorción completa. Si el bebé digiere y absorbe toda la leche que toma, no sobra nada. Las heces son lo que sobra. Puede pasar días, a veces varias semanas sin hacer, pero no hay dolor, porque no hay acumulación que genere presión. En este caso no hay que hacer nada.
    • Porque no consigue relajar el ano para dejar salir las heces, aunque sean blandas. Es lo que llamamos disquecia del lactante. En las primeras semanas de vida el lactante suele tener un ano casi sin fuerza. Eso hace que cada vez que come, por el reflejo gastrocólico el intestino se mueve y como el ano está abierto vacía con facilidad. Antes o después el ano ya si tiene fuerza y está «cerrado» si el niño no lo relaja. Debe relajarlo cuando hay movimiento del intestino para que las heces puedan salir. Esta coordinación hay niños que la dominan sobre la marcha y otros que pasan semanas hasta que la «aprenden». Todos hemos pasado por esta fase. Pero cuando se alarga puede generar dolor si la acumulación de heces y gases produce una presión insoportable. En ese momento podemos ayudar con una sonda rectal o un microenema de glicerina que le ayude a relajar el ano. El bebé acabará «aprendiendo», pero mientras lo hace, si en algún momento hay un dolor inconsolable, podemos ayudar con el enema. Si aprieta sin llanto déjale que lo intente. Si llanto inconsolable: enema. Cuando lo usamos con esta pauta alivia sin generar dependencia ni impedir que «aprenda» a hacerlo solo.

Estreñimiento real

  • Heces duras, bolitas, llanto al evacuar, fisura anal (sangre roja en la superficie), espaciado de deposiciones con molestia marcada. Hablamos de estreñimiento cuando hay dolor por acumulación de heces duras o cuando estas salen.
  • El estreñimiento real es casi inexistente en los niños que toman Lactancia Materna Exclusiva.
  • En los que toman Fórmula suele producirse porque no digiere bien la grasa de la leche de vaca. Hay fórmulas AE (antiestreñimiento), que contienen una grasa más parecida a la de la leche materna y resuelven este problema. Y también hay algunos laxantes que pueden usarse. Pero es mejor dar una leche más parecida a la materna que usar el laxante.

Qué podéis hacer

  • Masaje abdominal suave (movimiento horario siguiendo el marco del colon; técnica “I-L-U”).
  • Bicicleta con las piernas, flexión suave rodillas-barriga.
  • Baños templados y tummy time (tripita abajo estando despierto, bajo supervisión).
  • Porte ergonómico: vertical, sujeción de piernas en “M”, puede facilitar expulsión.
  • En disquecia intensa o estreñimiento con mucha molestia: el pediatra puede valorar microenema de glicerina o cánula rectal de forma ocasional para aliviar.
  • Si hay fisura anal: pomada protectora indicada por tu pediatra y manejo del dolor. Pero lo que realmente mejora la fisura es dejar de hacer heces duras.

“Mapa” de decisiones en casa para los gases de tu bebé (protocolo de 48–72 horas)

  1. Ajusta las tomas hoy mismo
  • Más frecuentes y tranquilas.
  • Si usas biberón: con válvula anticólico.
  • Pausas para eructar en mitad y al final si el bebé las hace. Deja que él marque el ritmo.
  1. Rutina anti-gas diaria
  • 2–3 sesiones de masaje abdominal (5–10 min).
  • Bicicleta y posturas (porteo, boca abajo) varias veces.
  • Mantener al bebé incorporado 10–20 min tras la toma si está inquieto.
  1. Microbiota
  • Si el pediatra lo ve adecuado, iniciar probiótico específico para lactantes.
  • Evitar cambios de fórmula sin motivo; protección total frente al humo.
  1. Observa señales de otra causa
  • Si hay sangre en heces, eccema, vómitos persistentes, rechazo de tomas, mal aumento de peso o dolor muy marcado → consulta (posible alergia a proteínas de leche de vaca, reflujo patológico u otros).
  1. Revisa evolución
  • ¿Menos llanto, menos barriga tensa y mejor sueño en 2–3 días? Sigue.
  • ¿Sin mejoría o con signos de alarma? Pediatra.

Cuándo pensar en otra causa distinta a “gases”

A veces, un llanto catalogado como “cólico/gases” esconde otro problema tratable:

  • Alergia a proteínas de la leche de vaca (APLV): moco o sangre en heces, eccema, vómitos, reflujo marcado, distensión, escasa ganancia de peso. Requiere valoración; si procede, dieta de eliminación supervisada (madre en LM o fórmulas extensamente hidrolizadas/elementales).
  • Reflujo gastroesofágico problemático: arqueo, llanto al tumbarse, rechazo de tomas, vómitos dolorosos, lengua blanca, más hipo, bocanadas que huelen a agrio y con mueca de asco. Medidas posturales y de volumen/frecuencia; el pediatra decidirá si precisa algo más. A veces necesita medicación para mejorar y/o eliminar probióticos en gotas o Vitamina D que pueden empeorar el reflujo.
  • Infección de orina: llanto inconsolable, fiebre o febrícula, irritabilidad sin causa clara. Orina más oscura o molestias al orinar.
  • Fisura anal: dolor al evacuar + sangre roja brillante en heces.
  • Otitis: llanto al tumbarse, tocarse/rascarse oreja, después de un catarro, con mucosidad abundante.
  • Cualquier llanto que no cede de ninguna manera debe ser valorado por el pediatra.

Señales de alarma (acudir al pediatra/urgencias)

  • Fiebre (≥38 °C) en menores de 3 meses.
  • Vómitos biliosos (verdes) o vómitos persistentes con mal estado general.
  • Sangre en las heces (más que vetas mínimas) o heces negras/alquitranadas.
  • Distensión abdominal llamativa y sostenida, abdomen duro doloroso.
  • Rechazo de la alimentación, somnolencia excesiva o irritabilidad inconsolable mantenida.
  • Pérdida o escasa ganancia de peso.
  • Signos de deshidratación (menos pañales mojados, boca seca).

Mitos y verdades rápidas sobre el bebé con gases

  • “Lo que como me produce gases… y se los paso por la leche”Falso. Los gases de la madre no viajan a la leche.
  • Infusiones/plantas para el cólico → No recomendadas en lactantes; algunas son potencialmente peligrosas.
  • Simeticona: la evidencia es variable; suele ser segura, pero su beneficio es modesto.
  • Gripe water, alcohol, remedios caseros → No.
  • Miel en menores de 12 meses → Nunca (riesgo de botulismo).
  • Dormir boca abajo “para el gas” → Prohibido para dormir (aumenta riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante). Boca abajo solo despierto o sobre los padres.

Preguntas frecuentes de los gases del bebé

¿Y si uso lactasa (enzima de la lactosa)?
Puede ayudar en casos muy concretos (p. ej., sobrecarga de lactosa por tomas muy cortas con predominio de leche inicial rica en lactosa). Lo ideal es optimizar la toma (dejar que vacíe bien un pecho) antes de considerar enzimas.

¿Cada cuánto debería eructar?
Cuando veas que el bebé está inquieto en la toma o tras ella dale la oportunidad. Mientras coma sin molestias déjale seguir. Y si tras la toma se queda bien, puedes dejarle dormir.

¿Qué pasa si solo evacúa cada 3–4 días?
En lactancia materna exclusiva puede ser normal si la textura es blanda y el bebé está cómodo. Si hay dolor, esfuerzo importante o heces duras, consulta.


Guion para la consulta con tu pediatra (lleva esta info)

  • Patrón de tomas (frecuencia, duración, biberón/pecho, tipo de tetina/fórmula).
  • Cuándo duele más (durante/tras toma, al tumbarlo, por la tarde/noche).
  • Heces y orina (frecuencia, aspecto, sangre/moco).
  • Peso y evolución.
  • Medidas probadas en casa y respuesta (masaje, cambios de tetina, probióticos, etc.).
  • Antecedentes: parto, antibióticos, alergias familiares, tabaco en casa.

Mensaje final

Tu bebé no tiene por qué sufrir. La clave es entender la causa (entra aire, se produce más, o no sale bien) y actuar con pasos concretos. La gran mayoría mejora en pocos días con los ajustes adecuados. Y si aparece alguna señal de alarma o la evolución no convence, tu pediatra está para buscar la causa real y tratarla.

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