Mi libro sobre la Crianza de tu bebé en los 2 primeros años de vida
Este fue mi primer libro escrito con una Editorial (Anaya 2016).
En él hago un repaso de mi visión de la Crianza Respetuosa.
Entiendo la Crianza como una experiencia vital en la que lo más importante es disfrutar de ella. Para lograrlo es importante disipar los miedos que suelen rodear este momento de la vida. Sin duda cuando tienes un bebé quieres hacerlo todo perfecto. Esa personita indefensa es lo que más quieres en este mundo y sabiendo que todos tenemos defectos, querríamos ser perfectos para aportarle solo cosas positivas.
Son muchos los que te dan datos, y te argumentan con evidencia científica (basada en su mayoría en estudios sesgados o dando una importancia a las cifras que es falsa), creándote una sensación de ansiedad constante. Temes que si cometes un error dañarás de forma definitiva a tu hijo.
Pero la realidad es que el manual de instrucciones lo tiene el bebé y lo tienes tú. Durante casi toda la historia de la humanidad no dispusimos de otra guía para criar que el instinto de los cuidadores y el del propio bebé.
Entiendo la Crianza Respetuosa como un ejercicio de empoderamiento de los cuidadores para que entendáis que podéis confiar en vuestro instinto y que el bebé pide lo que necesita, especialmente en las etapas iniciales. Puedes darle lo que pide con confianza de hacer lo correcto.
Esto se enmarca dentro e una serie de tendencias como la Crianza con Apego (Apego que es incondicional, pero que necesita que tú estés bien) y la Crianza Natural (precisamente criar como se hizo siempre, confiando en el instinto del bebé y sus cuidadores).

Pero destaco en el Respeto algo que se pierde muchas veces: Hay que respetar la Realidad.
La Realidad del mundo actual, que no es igual a la forma en la que vivimos durante la mayor parte de nuestra Historia Evolutiva y tu propia Realidad como Persona. Hay muchos autores que ven la Crianza con Apego o Natural como un «altar» en el que los cuidadores deben sacrificar todo lo que eran antes de tener un hijo, por su bien. En mi opinión es un grave error. Todos somos fruto de nuestra evolución personal. Truncar esa evolución aplicando sacrificio tras sacrificio no mejora la Crianza. La empobrece y puede llegar al punto de dañarla de forma importante.
Trabajo desde hace más de 25 años con familias reales y los maximalismos, cualquier visión radical, tengo claro que es perjudicial. Debe ser posible y lo es, criar niños en nuestras propias circunstancias vitales. Debemos buscar la mejor forma de cubrir las necesidades de nuestro hijo, pero respetando también honestamente las nuestras. Si entendemos la importancia del vínculo emocional de madre, padre y bebé, no podemos ignorar que si uno de los implicados está mal, los demás se verán afectados de forma negativa.
Cuídate para cuidarle. Quiérete para quererle. Respétate para respetarle…